21 Feb
21Feb

Quienes son fieles lectores y seguidores del blog saben que siempre les recomiendo que cuando visiten cualquier lugar del planeta no dejen de hacer una buena cantidad de fotos en blanco y negro, además de las típicas en colores brillantes o de altísima calidad. La recomendación la hago porque considero que el blanco y negro permite visualizar otras miradas de un mismo espacio e invita a disfrutrar de formas, tonalidades, texturas y ritmos que ponen en evidencia y realzan la belleza que, de otro modo, muchas veces se pierde. Y en este caso Venecia no será la excepción a la regla. 

En este fotorrportaje les comparto una serie de imágenes en blanco y negro para que observen la esencia misma de la ciudad, despojada del color que la caracteriza y alejada del espíritu carnavalero que tanta identidad le imprimió.

Los estruendosos cruceros que ingresan en la ciudad (verdaderos "edificios" acuáticos como los llaman los italianos) producen no sólo una enorme contaminación auditiva sino, además, de todo el medio ambiente. Las aguas de los canales sufren una alteracón significativa desplazando basura y limo hacia las costas por donde los peatones caminan y las enormes moles repetas de ventanillas y antenas tapan las vistas de las construcciones más emblemáticas de la ciudad, a la vez que le aporta un número significativo de personas al casco urbano aumentando la presión y el peso previsto para Venecia.

Los cruceros suelen llegar a primeras horas de la mañana y producen una verdadera revolución en el modo de vida veneciano. Muchos turistas incluso llegan a quejarse ya que cambian la fisonomía de la ciudad quitándoles la posibilidad de admirar ciertas vistas o hacer fotografías de muchos sitios emblemáticos.

         Turistas de diferentes partes del mundo fotografiando las bellezas que ofrece La Sereníssima 

                  Pedidos de selfies pasajeras son un clásico en la zona de la Piazza San Marco

Algunos transeúntes pese a la polución, el ruido y la contaminación visual encuentran un espacio para descansar unos minutos y disfrutar de las tradicionales imágenes que regalan la ciudad.

Cúpulas de Iglesias y campaniles que sobresalen como si se tratara de una postal se mixturan con los tradcionales faroles ornamentados que están considerados un clásico de Venecia. 

Algunos turistas en verano suelen mojarse los pies en las escalinatas o en las orillas de algunos de los canales. Si bien las aguas de la ciudad tienen cierto grado de contaminación, zambullir los pies un rato no supone ningún peligro para la salud. Lo que sí está terminantemente prohibido es sumergir el cuerpo en los canales, debiendo pagar multas extremadamente caras en caso de incurrir en esa actitud.

La zona del Palazzo Ducale ubicado en el corazón de la Plaza San Marco es una de las atracciones que más público a pie convocan.

                                                      Gondolero en las costas del Palazzo Ducale

El de Portavalijas es uno de los oficios más buscados en la zona turística ya que allí se concentran la mayor cantidad de hoteles y las posibilidades de ganar dinero de manera fácil y en un radio no demasiado amplio. Al ser una ciudad incómoda y extraña para los recien llegados, estos empleados portan la valija a pie desde las estaciones de vaporetto o lanchas hasta el destino en el que se alojen finalmente los huéspedes.

Las ventanas de estilo medieval bizantino invitan a fotografiarlas y suponen espacios salidos de un cuento o una novela de la edad media.

El colosal Puente de los Suspiros es otro de los puntos de la ciudad a tener en cuenta cuando se quiera hacer una tirada de fotos en blanco y negro. Las tonalidades de amaneceres o atardeceres sobre el agua, la textura de las paredes y el aire bohemio que le impimen la figura recortadade los gondoleros en el agua hacen de esas imágenes verdaderas postales.

Cerca del atardecer la ciudad se llena aún más de transeúntes que salen a dar su último paseo antes de cenar o salir a tomar algo. La cena en Venecia suele hacerse temprano ya que los restaurantes y bodegas suelen cerrar temprano, debido a que la mayoría del personal que las atiende no habita en Venecia y lo hacen en las zonas urbanas aledañas. 

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