Enclavado en el corazón de Sinaia, una de las zonas más interesantes de Rumania, se encuentra el fabuloso y cinematográfico Castillo Peles. El mismo fue mandado a construir por el Rey Carlos I de Rumania entre los años 1873 y 1914 como residencia de verano para la familia real y según cuenta la historia, la decisión obedeció a que el rey había llegado allí unos años antes y se había enamorado del lugar, ya que no solo posee una de las vistas más hermosas que se tienen de los Cárpatos sino que, además, se encuentra rodeado por enormes bosques lo cul lo vuelven un espacio aislado y lleno de tranquilidad.