MONTE HERMOSO: UN SECRETO BIEN GUARDADO
El trip a Monte Hermoso arrancó temprano, ni bien llegamos a la terminal ni bien entrada la mañana y luego de encontrarnos con Ángeles, dueña de las Cabañas El Secreto, lugar de ensueño en el que nos hospedamos durante el fin de semana y donde pasamos muy buenos momentos con los compañeros de viaje. A llevarse por el nombre, el proyecto de las cabañas ( El Secreto, en clara alusión al libro de Ronda Byrne) parece ser el sueño cumplido de Ángeles, quien al descubrir la geografía y el modo de vida de Monte Hermoso decidió que ése sería su lugar en el mundo y en el cual pasaría los próximos años, lejos del ruido, el smog y el acelere propio de la gran ciudad porteña.
Vean algunas imágenes del proyecto de Ángeles (y después no digan que los sueños no pueden cumplirse).
Luego de ver estas fotos seguro que ustedes, queridos lectores, se estarán cuestionando por qué todavía siguen viviendo en la ciudad, por qué no eligieron otra vida (por que está claro que hay otra vida) y, seguro, se preguntarán qué es lo que les impide que dejen la aparente seguridad que brindan las grandes ciudades y se deciden por una vida de playa, pesca y caminatas por calles de arena. Si no encontraron la respuesta aún, les aconsejo que no se hagan demasiado problema, dado que todas esas preguntas suelen ser retóricas y rara vez se logran responder.
Pero volviendo al trip, una vez que desayunamos y subimos un poco la temperatura con los pocos minutos de sol que vimos durante todo el fin de semana, nos dirigimos a la primera parada en el recorrido que no era otra que una visita al Museo Histórico Municipal, excelente opción ya que no hay mejor forma de descubrir un lugar que partiendo desde su historia misma.
LA PEQUEÑA CASA DONDE HABITA EL PASADO
- Llegamos, dijo Ángeles y bajamos de la camioneta. A diferencia de la idea que me había hecho, lo que ví fue una casa familiar con un cartel en la entrada que indicaba que allí se encontraba el Museo Histórico municipal. Ingresamos y luego de presentarnos, fuimos recibidos cordialmente por los guías y por uno de los administradores, quien en pocos minutos y como si nos conociera de toda la vida, calentó la pava y nos cebó mate durante la hora que duró nuestra visita.
El museo histórico de Monte Hermoso es pequeño, pero como todo museo de pueblo tiene lo indispensable que se necesita para reconstruir los hitos mas sobresalientes del pasado. Así es como el viaje por la historia arrancó en el mismo momento en que nos paramos frente a la fotografía en blanco y negro del antiguo Hotel de Madera, construcción de principios del siglo XX (construída por los Dufaur, ciudadanos daneses que aparecen como los primeros pobladores de la región) y que si bien supo ser un emblema de los dorados años posteriores a la Primera Guerra Mundial, por cuestiones climáticas y de constante cambio en la morfología de la zona terminó desapareciendo y, con él, el pasado de esplendor que alguna vez representó.
El hotel fue un verdadero emblema de Monte Hermoso y hoy vive en el recuerdo de los pobladores del lugar. Uno de los guías me cuenta que aún hoy varias familias atesoran objetos de aquella época (restos de vajilla, trozos de madera de la construcción original, algún que otro mueble) los cuales permanecen ocultos en muchas de las casas de aquellos que se niegan a entregarlos al museo, casi siempre llevados por cuestiones afectivas.
En una sala contigua reposan tras una vitrina una gigantesca valija de cuero recargada de vajilla que, según dice allí, oficiaba de "lunchera" para la playa, la ruleta original del casino que funcionó en el viejo hotel y diferentes objetos que algunos donantes fueron entregando a lo largo de los años (hay radios antiguas, un ejemplar del primer modelo de televisor Ranser, vitrolas, discos antiguos y hasta una peluquería, montada completamente en un rincón y de la cual los montehermoseños se sienten más que orgullosos por tener en perfecto estado "el sillón en el que varias generaciones se cortaron el pelo").
La otra sala, en cambio, es un poco más ecléctica y atesora diversos objetos muy diferentes entre sí. Por un lado, la importante cantidad de afiches de películas de la época del cine de oro nacional e internacional hacen suponer una gran afición por la cultura y, por el otro, conviviendo en el mismo espacio, aguarda ser vista una importante colección de objetos marinos integrada por redes de pesca, trajes, boyas de vidrio y una pequeña colección fotográfica entre las cuales sobresale una del viejo Leif Larsen, antiguo pescador de la zona (y a quien dedicaré un posteo especial, ya que el personaje lo amerita).
La visita terminó antes que las ganas de seguir charlando con la gente del museo. Pero se acercaba el mediodía y ya debíamos partir hacia la segunda parada del trip. Nos despedimos con un hasta luego (ya que mas tarde nos veríamos en la Noche de los museos, evento abierto para que que los lugareños los visiten de forma gratuita y se reencuentren con la esencia misma de su ser costero).
Por la noche volvimos y lo pudimos ver totalmente cambiado, repleto de público y transformado en escenario en el que se bailó tango, chacarera y hasta se cantó el himno de pie en homenaje al día de la escarapela.
Museo Histórico Municipal de Monte Hermoso
Av. Bahía Blanca 224 -Mte. Hermoso-
Web: Museo Histórico Municipal Monte Hermoso
Mail: museohistorico.montehermoso@gmail.com
Face: Museo Histórico Municipal de Monte Hermoso
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Teléfono: (02921)481678