A un costado de las playas más hermosas de Río se encuentra el imponente Fuerte de Copacabana. Verdadero monumento de la historia reciente de Brasil, en 1922 fue el epicentro de una revuelta militar conocida como la Revolución del Fuerte de Copacabana en la que un grupo de militares adeptos al movimiento Tenentista intentó acabar con las injusticias y la inequidad política, social y económica que sufrían los brasileños por entonces. Desde entonces, el sitio estratégicamente ubicado en un morro privilegiado es uno de los espacios defensivos más emblemáticos de Río de Janeiro.
Si se está pasando unos días en Copacabana bien vale la pena una visita. Desde allí tendrán no sólo un acercamiento con la historia militar de Brasil sino que, además, podrán tener una de las mejores vistas de las playas (el morro es estratégico para fotografiás y avistajes) y disfrutar de una comida o tomar elgo en el bar-restaurante ubicado en la base del cerro con unas vistas al mar que les volverá la visita inolvidable.
Los cañones del fuerte ofician de maestros de ceremonia para los visitantes que llegan a diario a descubrir el fuerte y las salas del museo del ejército brasileño
Para acceder a las salas del museo se debe escalar una de las laderas del morro, la cual se encuentra perfectamente señalizada y que puede escalarse a pie de manera tranquila sin necesidad de demasiado esfuerzo. Una vez allí se encontrarán con una serie de construcciones pétreas de extrañas formas que servían de protección al fuerte.
Construcciones de piedra caliza demuestran el carácter defensivo del fuerte
En el interior se encuentran reconstruidas una serie de salas que ilustran como era la vida en los años en los que el fuerte estuvo activo.
Restos de armas de guerra
Reconstrucción del trabajo de inteligencia que llevaba a cabo el Ejército Tenentista para identificar y atacar al enemigo
Muestras de estilo Art Nouveau se exhiben en la zona dedicada a los baños y duchas de los soldados
El enorme cañon que a hasta fines del siglo XIX e inicios del XX estuvo activo. Hoy es una muestra del pasado militarizado que alguna vez tuvo el país. Hoy la diplomacia y los tratados internacionales lo transformaron en una pieza para ejercitar la memoria.
La colina del morro regala postales de enorme belleza e invitan a quedarse allí un rato contemplando el paisaje y disfrutar del aire salitroso que viene del mar.
Vistas Atlánticas desde el morro del fuerte
Vista de la playa y el corredor Atlántico desde la colina del Fuerte
En la base del morro hay una serie de cafés y restaurantes para hacer un alto y disfrutar del paisaje
Vista de la playa desde el bar restaurante del fuerte