20 Aug
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El Parque San Martín, además de ser uno de los puntos imperdibles para visitar en la capital cuyana, es uno de los espacios verdes más grandes de la ciudad. Ubicado en una de las zonas mas distinguidas del centro (y enmarcado entre avenidas repletas de casas con modernos diseños y un buen número de mansiones en estilo europeo) esta reserva tiene en su interior unos cuantos lugares para visitar, para los cuales deberán disponer, al menos, de una mañana completa.

Debido a la magnitud del parque, lo recomendable es visitarlo en auto o cualquier otro vehículo. Para aquellos que no cuenten con un auto o movilidad propia, en la entrada misma del parque se encuentran paradas de diferentes autobuses que realizan el recorrido desde la base hasta el Cerro de la Gloria, punto más alto del predio. Además el recorrido de estos autobuses cuentan con paradas intermedias en las que se puede descender y que son de gran interés, tales como la Fuente de los cinco continentes, los bosques del parque, el Zoo, el cerro y el Anfiteatro de la Vendimia, ubicado detrás del mausoleo del General San Martín.

Pero si no se quiere realizar la recorrida a través del transporte público, en la puerta misma de la Oficina de Información Turística ubicada frente a los caballos de Marly, puede contratarse un servicio de combi que realiza la ascensión al cerro y que permite la posibilidad de bajarse en el Zoo o regresar al punto de salida.  

Una vez atravesado el pórtico de estilo francés - y que remite indefectiblemente a ciertos rincones parisinos e incluso londinenses - lo primero que se ve son dos caballos creados por el arquitecto y escultor  Guillermo Coustou, los cuales se pensaron para ser puestos en los jardines de Marly, en la ciudad luz pero ante la magnitud de la obra del parque se decidieron a que ocupara un sitio de privilegio en la entrada principal y oficiar de anfitrión en la ancha avenida repleta de árboles que atraviesa el predio. 

Si bien la presencia de San Martín se siente en cada uno de los rincones de Mendoza, es en el Cerro de la Gloria donde mejor se comprende lo que representó el prócer para la historia nacional. Enclavado en la parte más alta del cerro y rodeado por las más bellas vistas, el mausoleo es tan gigante como el fervor y el respeto dispensado al libertador.

Pese a que muchos intenten recorrerlo a vuelo de pájaro y estén allí algunos minutos, el mejor consejo es que para apreciarlo bien y analizar algunas de las maravilas escultóricas que lo conforman merecen al menos una visita de una hora.

Sobre la base de piedra que oficia de pirámide arquitectónica, en sus cuatro lados abundan las imágenes más importantes en la historia del Libertador y del Cruce de los Andes. En la punta de la pirámide, la representación de la Gloria (pensada con formas femeninas y con las cadenas rotas en sus manos) se alza como verdadero ícono de la gesta sanmartiniana.  

 Una vez admirado el mausoleo y cuando se comienza el descenso hacia la base del parque, se puede apreciar desde las alturas, el moderno anfiteatro ubicado en el cerro mismo y que sirve de escenario para la famosa Fiesta de la Vendimia y otros eventos de tipo cultural y artístico. Llegar hasta él en épocas que no está destinado a espectáculos puede resultar complicado, por lo cual lo más recomendable es verlo desde la ladera del cerro o bien esperar a la época de la Vendimia y planear, por que no, un nuevo viaje. 


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