Al igual que sucede en las grandes capitales del mundo, Río de Janeiro podría ser considerado un verdadero museo al aire libre. Con un sinfín de piezas arquitecónicas, escultóricas y de muestras de arte callejero, la ciudad ofrece un circuito alternativo al de los museos oficiales y ofrece una cantidad impresionante de obras de arte para las cuales no requiere ningún tipo de pago pero sí de la atención del viajero a medida que se desplaza por ella intentando descubrirla. En este artículo les dejo algunos ejemplos de lo que se pueden encontrar si agudizan la observación y se detienen en algunos detalles que el resto de los viajeros pasa por alto, ya sea por desconocimiento o bien por falta de práctica.