21Jan
Praga ofrece muchas cúpulas y zonas altas desde las cuales se pueden disfrutar buenas vistas, pero hay una, la de la Torre del Ayuntamiento, que es la elegida por la mayoría de los turistas ya que no sólo es una de las mayor altura sino por que permite visualizar los monumentos más emblemáticos y representativos de la zona de Stere Mesto.
El edificio del Ayuntamiento se encuentra pegado al famoso Reloj Astronómico y es, además, el lugar donde se alberga la oficina turística más importante de la ciudad. Para ascender hasta el punto más alto de la torre se accede a través de unas amplias y empinadas escaleras (les aviso por si no están en un buen estado físico, ya que se pueden tornar un castigo) previo paso por un elevador que los sube un par de pisos hasta el acceso a ellas. Una vez allí comienza la marcha hasta llegar a los balcones enrejados desde los cuales se ven las maravillosas e increíbles vistas.
Pero ustedes se preguntarán ¿Qué se ve desde arriba?... Míren:
La Catedral del Tyn y la torre que la circunda en la cual hay una muestra permanente de Dalí y Mucha
Los edificios y la gran estatua enclavada en el corazón de la Plaza de la Ciudad Vieja
La Iglesia de San Míkulas con el contraste de los modernos edificios y las casas coloreadas
Las cúpulas de las iglesias más bellas que hayan visto jamás en otra ciudad
Aunque los techos de la zona son la gran atracción y merecen un capítulo aparte
Siguiendo la línea de la Praga misteriosa (de la cual muchos aseguran que es un gran centro de ocultismo ya desde los tiempos medievales) muchos tejados invitan a la imaginación y generan interpretaciones que bien valdrían la pena un cuento o un dibujo animado.
Muchos de los techos poseen buhardillas y ellas dan la sensación de estar viendo literalmente un ojo
Las formas, colores y texturas de las fachadas del lugar son de las mejores conservadas de la ciudad asímismo como las más perfectas. De un gran valor arquitectónico y muestras de uno de los estilos del Art Decó mas importante de Europa atraen la mirada de los turistas que no pueden más que caer rendidos antes ellas y fotografiarlas hasta el cansancio.
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